Querido recuerdo:
Estoy acá, en el mismo lugar que me dejaste. Y no, no logro avanzar (por ahora)
Se me complican las horas, y los sueños mejor ni contarte. Verte en mis horas más intimas echo concreto en esa ilusión, no querido, es fulminante. El levantarme y saber que es otro día en esta realidad en la que no te busco por miedo a no encontrarte. Pasar las horas en las que hay luz intentando no nombrarte y fracasando en cada intento. Y si hablamos de no pensarte sabemos que no me esta funcionando, te estoy acá escribiéndote una carta que nunca te va a llegar, diciéndote una y otra vez cosas que no vas a oír, darte un mensaje que mucho menos vas a lograr interpretar. No porque no seas capaz, sos una persona muy capaz y eso es algo que nadie puede poner en duda sino porque para entender lo que estoy escribiendo deberías sentir y vos, querido recuerdo, no sentís.
Las noches son la parte más complicada desde que cambiaste de estado. No hay ansiolitico que me logre que concilie el sueño. El apoyar la cabeza en la almohada es el momento en él cual todo se vuelve muy presente y es tomar conciencia antes de perderla por completo. Las horas de descanso reparador las remplazo por largas charlas con amigas en las que hablo de tonterías que solo me distraen unas horas. Una vez me dijiste 'no estas sola, tenes a tus amigos' y sabes que? Es en lo único que puedo certificar que tenias razón.
Pero me estoy yendo por las ramas, típico en mi, dar de más.
Una cosa puedo rescatar y es la paz. La paz que logre encontrar es impresionante hasta deje de comerme las uñas mira lo que te digo.
Pero convengamos que es un poco vacía en esta situación. No te diría que sé que tarde o temprano voy a llenar ese espació porque fe es lo que más me falta. No es algo que me moleste porque en vez de fe, tengo fuerza.
Quizás te escriba más cartas que no recibas, quizás ya no te escriba más. No sé como se desarrollaran las cosas pero lo dejo librado a la suerte.
Suerte, eso es todo lo que te deseo: Suerte. Suerte, querido recuerdo, mucha suerte.