Todos te dan por muerto cuando la ceguera te atrapa y jugas a ciegas donde nadie quiere darte una mano.
Donde reprimis, reprimis, reprimis. En una dictadura de emociones. Donde la tortura no es fisica, sino la ignorancia indusida que te dan, que te obligan.
Cuando naciste para no ser domada, Y ahi entendes lo que duele callar, lo que duele hacer la vista gorda cuando tu alma no te deja. Te tenes que acostumbrar a ignorar, a hacer como que no pasa. Y el alma se te rompe, todo se te rompe y el alma se te desquebraja en pedazos.
Rogas que pase algo, que llegue alguien que te rescate de este infierno pero nada, te toca sufrirla, te toca llorarla hasta quedarte sin lagrimas. Y seguir.. porque todo se trata de seguir.